"¿Necesitas ayuda? Ok". Es lo que rezaba la notacon la que Flavine Carvalho, una camarera de Orlando, Florida, logró salvar a un niño de 11 años que estaba siendo víctima de maltrato y cuyo padrastro ahora ha sido hallado culpable de abuso infantil agravado.

Timothy Lee Wilson, de 36 años, ha sido declarado culpable por un jurado de Orange County de los delitos de falso encarcelamiento de un menor de 13 años, abuso infantil agravado con un arma, abuso infantil agravado y negligencia infantil. El próximo 19 de agosto será sentenciado.

Los hechos se remontan a finales de 2020, cuando dos adultos y dos menores acudieron al restaurante Mrs. Potato de Orlando. Carvalho fue a tomarles nota y advirtió que el niño presentaba múltiples contusiones y moretones en los brazos y la cara y que no le daban nada de comer.

Carvalho entonces decidió actuar y escribió la nota preguntándole si necesitaba ayuda, que mostró al pequeño mientras estaba de pie tras el hombre para que este no se diera cuenta.

El niño acabó asintiendo y la camarera alertó a la Policía, que envió una patrulla al restaurante para investigar el caso. El pequeño relató a los agentes episodios de maltrato y torturas por parte de su padres, como ser atado con correas a los tobillos y el cuello y colgarle boca abajo de una puerta. También lo esposaban, le golpeaban con una escoba y lo ataban a una plataforma rodante.

El padrastro y la madre del niño, Kristen Swann, fueron detenidos y acusados de abuso agravado de menores y negligencia infantil. "Decir abuso es decir algo ligero, fue una tortura lo que este niño ha pasado", señaló entonces la detective Erin Lawler, que precisó que el menor presentaba "todo tipo de hematomas en diferentes etapas". "No fue un incidente aislado. Fueron abusos y torturas continuados", resaltó.

La Policía de Orlando elogió el coraje mostrado por Carvalho y el cuidado hacia un niño que no conocía. "Estamos orgullosos de que alguien como ella viva y trabaje en nuestra comunidad", dijo. Las autoridades han indicado que los dos niños fueron retirados de la custodia de sus padres y, en estos momentos, se encuentran "muy bien y muy felices".