Un jurado popular ha declarado por unanimidad culpable a Rubén Mañó de violar y asesinar a Vanessa Ferer, de 15 años, en el municipio valenciano de Cheña en octubre de 2016.
Una vez declarado culpable de asesinato, agresión sexual y profanación, será la Audiencia la que fije la pena definitiva. El jurado ha solicitado que no se le apliquen beneficios penitenciarios.
La Fiscalía y la acusación popular reclaman para el joven la prisión permanente revisable, la máxima pena que se puede aplicar en España.
El suceso tuvo lugar el 26 de octubre de 2016, cuando el joven citó a su víctima en un domicilio familiar. Allí, intentó mantener relaciones sexuales con ella, pero esta se negó y él respondió golpeándola. Así, logró consumar la violación.
Cuando ya estaba semiinconsciente, el agresor la estranguló hasta matarla, pidió el coche a uno de sus amigos para trasladar el cuerpo y arrojarlo a una cavidad de la zona. Dos días después, una guardia civil localizó el cadáver enganchado entre unas ramas.
Durante el juicio, el joven aseguró en todo momento que lo ocurrido fue un accidente. Apuntó que quedó con la víctima porque se veían "con frecuencia en soledad" y que en un momento dado, le contó que había conocido a una chica que le gustaba. Entonces, según su versión, la víctima comenzó a golpearle y él la cogió del cuello para que cesara.
Entonces, aseguró, se dio cuenta de que no despertaba e intento reanimarla, pero no pudo. Después, según su versión, se asustó y optó por no llamar a los servicios de Emergencia por "pánico", trasladando el cuerpo a un barranco.
Finalmente, el jurado le ha declarado culpable de asesinato, agresión sexual y profanación y ahora se enfrenta a una posible pena de prisión permanente revisable.