Los paneles ya avisaban
de que hasta el kilómetro 30 de la A-1 había una parada obligada de camiones. Todos se quedaron en el parking especial
del kilómetro 45, lleno a rebosar de camioneros ‘quemados’ por el frío.
La Guardia Civil les
daba pocas esperanzas y tuvieron que dormir en la cabina, la mayoría sin
calefacción porque no podían tener el camión arrancado toda la noche. Un equipo de Cruz Roja les
ofreció mantas y en la gasolinera cercana, la Guardia Civil ayudaba al resto de vehículos.