Los paneles ya avisaban de que hasta el kilómetro 30 de la A-1 había una parada obligada de camiones. Todos se quedaron en el parking especial del kilómetro 45, lleno a rebosar de camioneros ‘quemados’ por el frío.

La Guardia Civil les daba pocas esperanzas y tuvieron que dormir en la cabina, la mayoría sin calefacción porque no podían tener el camión arrancado toda la noche. Un equipo de Cruz Roja les ofreció mantas y en la gasolinera cercana, la Guardia Civil ayudaba al resto de vehículos.

Cerca, en la carretera de Colmenar, un autobús se quedaba atravesado y sus ocupantes tenían que abandonarlo a pie. Y final feliz para los 43 niños de entre 4 y 16 años y sus monitores que tuvieron que abandonar un autocar en la noche del domingo y retroceder caminando a la casa de colonias, en Saldes: tras casi dos días aislados por fin vuelven a casa.