El ingenio en días de cuarentena por el coronavirus no cesa y, sino, que se lo digan a los vecinos de O Grove, en Pontevedra, donde los vecinos se han grabado con un dron bailando en sus balcones y terrazas con disfraces de todo tipo.

Otro ejemplo de estas iniciativas ha sido el equipo español de natación artística, que ha realizado entrenamientos conjuntos por Skype.

En otras ciudades y barrios, los balcones se han convertido en karaokes improvisdos con peticiones de canciones incluídas.

En Valencia, por ejemplo, reinterpretarón su famosa mascletá saliendo a las ventanas cacerola en mano e incluso dispararon fuegos artificiales desde las azoteas. Otros balcones se han convertido en auténticas discotecas con luces, humo y DJ.

Lo que está claro es que estos días el ingenio se nos ha agudizado a otro nivel y que no decaiga porque la lucha contra el coronavirus no será corta.