La bebé había ingresado en un hospital de Honduras por convulsiones, diarrea y deshidratación severa por culpa de una infección bacteriana. Tras varios días ingresada en el hospital, los médicos le dijeron a su madre que había muerto.Fue entonces cuando la pequeña de siete meses fue declarada muerta en el hospital.
La madre abandonó el hospital con su bebé muerta en brazos y, según publica el diario 'Metro', se fue a la casa de un primo porque "no tenía dinero para volver a casa". De allí de dirigieron a una iglesia para velarla. Al no tener recursos para comprar un ataúd pusieron el cuerpo de la bebé en una silla de la iglesia durante el funeral y la propia madre descubrió que su hija seguía respirando.
Reticente a volver al hospital que la habia dado por muerta, se trasladaron a una unidad pediátrica de otro centro donde permanece en cuidados intensivos con pronóstico grave.