Si estás en pleno proceso de quitarte esos kilos de más que has cogido en Navidades, atento, porque estás son las peores dietas del año.

Sustituir la comida por infusiones o comer un determinado número de kilocalorías son dietas que no solo dañan el corazón o el hígado, sino que encima, cuando las dejas, engordas más que lo que has perdido.

Imagina eliminar de tu dieta el arroz, la pasta, el pan y todo tipo de carbohidratos. Además, comer poca verdura y fruta. Básicamente hay que comer muchísima carne, pescado y cuanta más grasa mejor. Barra libre de aceite y mantequilla.

Se trata de la dieta KETO y sus seguidores enseñan por Internet recetas repletas de costillas, panceta, queso, mucha mayonesa y café con mantequilla y nata líquida.

Con esta dieta puedes perder hasta 12 kilos en un mes porque, según dicen, al no tomar hidratos de carbono, el cuerpo quema toda tu grasa. Pero con ella quema también el hígado y los intestinos, y provoca agotamiento, inicio de gota y daña al corazón.

Y de propina, efecto rebote, porque cuando la dejas acabas con más peso que antes. "Caemos en desnutrición porque al quitar frutas y casi todas las verduras tenemos falta de vitaminas y minerales", comenta un experto en nutrición.

Aún peor es la dieta de los tés detox. Básicamente consiste en eliminar casi todos los alimentos y subsistir a base de infusiones y café. Pierdes peso, hasta cinco kilos a la semana, pero también pierdes un hígado y un páncreas sano y te acerca a la diabetes.

Esto se debe a que beber mucho significa orinar mucho y por el desagüe se van nuestras sustancias vitales básicas. Con esta también acabas engordando más que al empezar y según los expertos en nutrición, vamos a perder muchos kilos, pero principalmente de masa muscular y de agua.

Pero sin duda, la peor dieta del momento es la de las 800 kilocalorías. Se trata de comer un 70% menos de todo. Por supuesto, también adelgaza, pero a costa de provocar ansiedad, bajada de tensión y de jugar con la bulimia o anorexia como método alimenticio. También tiene efecto rebote.

Estas dietas tienen algo en común: pierdes salud y ganas más peso.