En momentos en los que los termómetros rozan -y superan- los 40ºC hay que prestar atención a los medicamentos para que su uso no provoque problemas de salud añadidos asociados al exceso de calor.

Y es que las altas temperaturas pueden hacer que se agraven los efectos que tienen algunas medicinas de uso habitual. Por eso, los farmacéuticos piden precaución y siempre consultar a los expertos en caso de duda.

Entre los medicamentos con los que hay que extremar precauciones en plena ola de calor se encuentran los fármacos diuréticos, que pueden propiciar una mayor pérdida de líquidos.

También los medicamentos tranquilizantes y antidepresivos, pues pueden impedir la pérdida de calor del organismo; y los medicamentos hipertensivos, que hacen bajar la presión arterial y agravan los efectos de calor.

Además, desde la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) recomiendan evitar tomar antiinfilamatorios no esteroideos (AINE), como el ibuprofeno, ya que pueden perjudicar el riñón en caso de deshidratación.

Conservarlos en lugares limpios, frescos y secos

Ni el baño ni la cocina son lugares recomendables para guardar los medicamentos, que deben conservarse siempre en lugares limpios, frescos y secos. De hecho, unas malas condiciones de conservación no solo pueden restar eficacia a los medicamentos, sino que también pueden producir efectos adversos.

Para su correcto almacenamiento se deben respetar las condiciones que figuren en el envase: entre +2 y +8ºC (frigorífico), medicamentos de conservación a una temperatura inferior a 25 o 30ºC, y a temperatura ambiente cuando no haya menciones específicas al respecto. Los que mantengamos en la nevera no deben ponerse ni en la puerta ni en el fondo, donde podría llegar a congelarse.

Además, es recomendable conservar en frigorífico los jarabes y suspensiones, cremas, supositorios y óvulos ya que son formas farmacéuticas más sensibles a temperaturas elevadas.