Todos hemos jugado con él. Es el juguete más vendido del mundo y tiene enganchadas a varias generaciones. Abuelos, padres e hijos comparten la afición por resolverlo. Los últimos, los más jóvenes, han tenido un poco de ayuda porque hace ya unos años hay aplicaciones y tutoriales para hacerlo en tiempo récord. Pero hay quien sin recurrir a ella ha ganado a sus maestros. Ese es el caso de Elia. Con seis años ha llegado a competir con su padre en campeonatos de cubo. "En campeonatos incluso hemos llegado a coincidir en rondas y eso ha sido muy bonito", cuenta el padre orgulloso.

Jon, de once años, fue quien metió el gusanillo a su padre y a su madre cuando le llegaban a torneos. En lo que Aitor, padre del pequeño, trata de resolver uno, el pequeño Jon completa cinco. "Yo lo iban resolviendo rápido y se picaron un poco", cuenta él mismo. El cubo rubik está más de moda que nunca. Prueba de ello es la tienda de A Coruña que vende más de 600 modelos diferentes de este tradicional juego. Solo se dedican a eso. Saúl Besa, propietario de Juegos Besa, asegura que venden a toda España y que están empezando también con Europa.

En la calle también conocen este popular juego, pero no todo el mundo tiene la misma destreza que estos pequeños a la hora de resolverlos. Algunos ciudadanos no logran resolverlo ni con ayuda. Santiago y Martín, padre e hijo, sí que lo consiguen. "Nunca había logrado hacerlo hasta ahora, en una aplicación encontré la forma de hacerlo", confiesa el padre a las cámaras de laSexta.

También por tutoriales aprendió Manuel, de 21 años. Él es uno de los mejores cuberos de España. No hay modelo que se le resista. Hay alguno que completa en menos de seis segundos. "Mediante un algoritmo que se aprende se reconoce un patrón, se coloca la cara amarilla y, por último, mediante un patrón aprendido se colocan las piezas restantes", explica con uno de estos cubos en mano. Si no lo pillan, hay aplicaciones que lo resuelve solo. Aunque paciencia y ejerciten el ingenio.