Los comedores infantiles cierran por vacaciones y con ellas llega el hambre para miles de menores que gracias a ellos recibían al menos una de las comidas esenciales del día. El pasado año Andalucía, Canarias y Extremadura dieron de comer a más de 15.000 niños y este año se ha sumado a la apertura de comedores infantiles de verano también Aragón. Una medida controvertida entre la clase política regional.

¿Ustedes se imaginan ver a unos niños ir a un comedor donde sólo van los pobres?, preguntaba el presidente de la Rioja, Pedro Sanz, el pasado seis de junio. Por su lado, Román Rodriguez, diputado del PP en Galicia afirmaba que “es un riesgo de generar cierta discriminación”. Las ONG serán las encargadas de ayudar a los más débiles en donde ya está descartada la apertura de los comedores.

La alimentación de los menores debería ser una prioridad ha dicho la Defensora del Pueblo. Por eso, en Alcalá de Henares, los padres plantean la inclusión de los pequeños que ya venían disfrutando de una beca comedor en campamentos urbanos donde también se les dé de comer. María José Tobío, presidenta de FAPA de Alcalá de Henares: “Es la mejor manera de integrar a estos niños”

Es la solución que han encontrado en Pontevedra donde las ludotecas municipales se convertirán en la diversión y la alimentación para decenas de niños cuyos padres están en situación límite. El Ministerio de Sanidad, además repartirá en el mes de julio 17 millones de euros entre las comunidades autónomas para que el hambre no sea el protagonista de las vacaciones de quienes nada tienen que ver con la crisis.