Carreteras cortadas, policía, medios de comunicación en directo, el ejército y, por supuesto, los curiosos. Máxima expectación en Santiago de Chile por un joven puma salvaje que se ha subido a un árbol y no sabe bajar.
15 horas de deliberación, brazos en jarra y colocar muchos colchones para amortiguar la caída. Finalmente, le disparan un dardo tranquilizante y cae al suelo.
El puma rápidamente es trasladado al zoológico donde se confirma su buen estado de salud. Con una caída de 15 metros demasiada suerte ha tenido. Y no es el único. El historial de animales que trepan a los árboles y son ayudados por los humanos es muy largo. Y pocas veces sale bien para los animales.