El último domingo de marzo dará comienzo el horario de verano. El cambio de hora tendrá lugar durante la madrugada del sábado 28 de marzo, al domingo 29. A las 02:00 serán las 03:00 y todos tendremos que adelantar la hora de nuestros relojes. En las Islas Canarias, a la una serán las dos.

¿Por qué cambiamos la hora?

La hora cambia dos veces al año: el último domingo de marzo, dando comienzo al horario de verano y el último domingo de octubre, cuando comienza el horario de invierno. Ambos reajustes horarios están relacionado con el ahorro de energía y el aprovechamiento de la luz natural.

El comienzo del horario de verano coincide con el inicio de la primavera en el hemisferio norte del planeta. El viernes 20 de marzo a las 04:49 horas tendrá lugar el equinoccio de primavera, que dará comienzo a la estación más colorida del año. Ajustar la hora te permitirá disfrutar de más horas de luz solar.

El ahorro de energía es uno de los principales argumentos a favor del cambio de hora a finales de marzo. Al adelantar los relojes, la noche se retrasa, hay más luz durante las tardes y se evita la necesidad de iluminación artificial.

Disponer de más horas de luz después de la jornada laboral fomenta el ocio, el comercio y la práctica de deporte al aire libre, entre otras ventajas.

Polémica en el cambio de hora

El cambio de hora en España viene dado por una Directiva Europea del año 2001, que fija una fecha y hora comunes para todos los Estados miembros para el comienzo y el fin del horario de verano.

Sin embargo, adelantar y atrasar las manecillas del reloj no es algo nuevo, se lleva haciendo desde tiempos remotos. Benjamin Franklin fue pionero en sugerir medidas para ahorrar energía en el siglo XVIII. El arquitecto británico William Willett, en el siglo XX, propuso el cambio de hora en el Reino Unido para que los ciudadanos no malgastasen las horas de luz durmiendo en verano.

Incluso Alemania, en 1916, decidió adelantar los relojes una hora para ahorrar carbón. Esta maniobra fue imitada por muchos otros países, pero revertida cuando terminó la Primera Guerra Mundial.

No fue hasta la década de los 70 cuando el cambio de hora se institucionalizó: en 1973, la crisis del petróleo motivó que se volviera a instaurar el cambio horario para reducir el consumo de este combustible, práctica que se mantuvo en muchos países.

No obstante, esta costumbre podría llegar a su fin. En octubre de 2017, un grupo de eurodiputados presentó una moción para acabar con ella. Tras analizar la propuesta, el Parlamento Europeo pidió más tiempo y pospuso la decisión a 2021, al considerarlo una iniciativa "prematura".

Por el momento, el cambio de hora seguirá llevándose a cabo cada primavera y otoño en toda Europa, América del Sur, África y algunas zonas de Estados Unidos y Canadá.