Laura Luelmo se había instalado recientemente en El Campillo. La joven de 26 años alquila en esta localidad de Huelva una vivienda el 4 de diciembre, tras ser contratada para realizar una sustitución como profesora en un instituto de Nerva, municipio cercano a El Campillo.

El miércoles 12 de diciembre, se le pierde la pista. Lo único que se sabe es que, horas antes de conocerse su desaparición, la joven, aficionada a correr, salió a hacer deporte por la tarde. Se cree que fue en torno a las cinco de la tarde porque había hablado una hora antes con su pareja, la última persona que tuvo contacto con ella.

A partir de ahí, el rastro de Laura Luelmo desaparece. Cuando se pone en marcha el dispositivo de búsqueda, dos días después de no dar señal de vida, la Policía sabe que Luelmo, por lo que había contado su pareja y tras el registro de la vivienda, llevaba puesta ropa deportiva y se había llevado consigo las llaves de casa y el teléfono.

Precisamente, la última señal del móvil de la fallecida se registra el mismo miércoles a nueve kilómetros de su domicilio a las 20:00 horas. Estos datos hicieron pensar a la Policía que Luelmo no se había dado a la fuga, ni había desaparecido de forma voluntaria. A las pocas horas, se amplía el perímetro de búsqueda en la zona.

Finalmente, el 17 de diciembre el delegado del Gobierno en Andalucía anunció el hallazgo del cadáver de una mujer en una zona cercana a El Campillo.

El cuerpo fue descubierto por un vecino que llamó de inmediato a las autoridades para informar. Tras un primer reconocimiento visual, se confirma que éste pertenece a la joven a la que estaban buscando. Ahora, la Guardia Civil investiga quién está implicado en su desaparición y muerte.

Los agentes tienen a varios sospechosos; entre ellos a su vecino, un hombre con antecedentes penales. "No sabemos si está viviendo aún en El Campillo, es una persona que tiene antecedentes por agresión con otra chica del pueblo", ha explicado un vecino de la localidad.