Una reclusa llamada Anyuli se enfrentó a Rosa Peral, acusada
en el crimen de la Guardia Urbana, probablemente por la negativa de ésta a
tener relaciones sexuales con ella, según revela el periodista Carlos Quílez.
Tras ese enfrentamiento, Anyuli acusó a Peral de querer
contratar a un sicario a través de ella para matar al marido, que estaba en
libertad, y también de pedirle un cuchillo para matar a la directora de la
cárcel.
Ahora Pera, a través de una carta remitida a Arusitys,
asegura que eso es falso y que si hubiera querido matar a la directora no le
hubiera hecho falta pedir un cuchillo: "Si eso fuera cierto, no necesitaba
pedir un cuchillo, tenía unas tijeras de más de 20 centímetros en el curso de
costura que yo realizaba durante toda la mañana".