Los investigadores del crimen de la cabeza de Castro Urdiales hallaron manchas de sangre en distintos puntos de la casa de María del Carmen Merino. Según recoge 'El Periódico', los agentes localizaron estas manchas en el pasillo y en el piso de arriba de la vivienda.

La inspección de la Guardia Civil apunta también a que esta mujer, en prisión acusada de decapitar a su marido, tuvo durante un tiempo la caja con la cabeza de su pareja en la terraza. Y es que, los investigadores hallaron una huella cuadrada sobre el suelo que correspondería con la forma de dicha caja.

Cabe recordar que María del Carmen fue detenida en el municipio cántabro de Castro Urdiales y enviada a prisión el pasado septiembre después de que una amiga encontrara la cabeza de su marido en una caja que ella misma le entregó meses atrás, diciéndole que contenía juguetes eróticos. Desde entonces, el caso está bajo secreto de sumario.

Según la versión de la vecina, Mari Carmen le pidió que guardara la caja por pudor, ya que no quería que la Guardia Civil la encontrara en el registro de su domicilio, ya que los agentes estaban investigando la desaparición de su pareja.

La compra de una motosierra, clave en el caso

Pero estas no son las únicas pistas que se han conocido recientemente. El pasado mes de diciembre salió a la luz que las autoridades encargadas del caso estaban investigando la compra de una motosierra que estaría relacionada con el asesinato de Jesús Mari.

Este aparato fue comprado por Internet a Según a un comercio dedicado a la venta de herramientas de trabajo en febrero el mismo mes que desapareció este hombre. A pesar de que los agentes vinculan la motosierra al crimen, todavía no ha trascendido si la compra la hizo la propia sospechosa u otra persona.

Ademas, la investigación contempla la posibilidad de que Mari Carmen contratara a unos sicarios para que llevaran a cabo el crimen. Se trata de una hipótesis que se desprende del estudio de las cuentas económicas de la mujer, donde aparecieron unos datos elocuentes para la Guardia Civil: la detenida retiró 12.000 euros en los días posteriores a la muerte.

Pero ese dinero no habría sido extraído de sus cuentas, sino de las de su propio marido, a las que ella tenía acceso. Precisamente, ella explicó a los agentes en el momento que se inició la investigación por su desaparición que él se había marchado con ese dinero: "Se fue de vacaciones y, al volver a casa, cogió 12.500 euros y se marchó".