Frente a médicos de familia, como María José, se sientan día a día víctimas de violencia machista. Algunos casos son visibles por las lesiones; otros, enmascarados, "porque las mujeres no llegan a la consulta diciéndote: soy víctima de violencia de género". Normalmente, acuden a la atención primaria por otros motivos, pero aprovechando esa visita -normalmente íntima, confidencial, en la que la mujer va sin compañía- la Comunidad Valenciana desarrolló un cuestionario específico que permite salvar vidas.
Es muy simple: una sencilla pregunta corta, directa, tajante. Igual que te piden confirmar si fumas, si bebes, te cuestionan sobre sobre si eres víctima de violencia de género. Y sí, salen casos.
Concretamente, en el año 2020, gracias a este cribado sanitario salieron a la luz más de 300 víctimas en esta autonomía.
Lo más común: acudir por dolor de cabeza, ansiedad o insomnio
Lo común, desde luego, es acudir aludiendo que lo hacen porque sienten otros malestares. Dolor de cabeza crónico, ansiedad. Por no poder dormir o por sufrir dolores pélvicos. Por esto, la atención primaria se ha convertido en el detector, en el mejor de los casos, precoz de la violencia de género.
Hace cinco años que el Gobierno valenciano implementó este protocolo. Ya está más que afianzado. Aunque, según confiesan los propios especialistas sanitarios, la mayoría de las mujeres no se descubren al formular la pregunta, y les lleva años el decirlo. Sucede, sobre todo, con las personas más mayores.
Esa figura de confianza en la que se convierte el doctor o la doctora es la que hace de la consulta el ambiente adecuado para poder afrontar y decir qué es lo que realmente está pasando.