La crecida del Ebro sigue avanzando con fuerza y ya está en Zaragoza, donde ha provocado las primeras inundaciones. El Ebro viene cargado de agua pero también de suciedad, porque según los vecinos "la limpieza del cauce no se hace".

Es lo que denuncan también en Novillas, donde cada año ven sus casas y cultivos completamente inundados y los daños son cada vez mayores con menos caudal. "El Ebro está lleno de árboles por el centro, que presionan el agua y no la deja pasar", asegura el alcalde del pueblo.

Hace poco más de 10 años, también hubo una riada que provocó graves daños en Novillas. Desde la Confederación Hidrográfica del Ebro aseguran que el problema radica en que está más elevado el cauce y habría que rebajarlo, pero para eso hay que dragar, algo que choca con las medidas de protección medioambiental que protegen la zona.