La pandemia ha llevado a miles de familias a una situación de pobreza extrema. El número de pobres, según explica la profesora de la Universidad Pontifica de Comillas Mónica Goded, ha aumentado en 100 millones de personas tras la pandemia.

Actualmente, hay más de 703 millones de personas que viven con menos de dos dólares al día. La mayor parte de esta población está en países en vías de desarrollo, porque es allí donde el golpe es todavía mayor. Según explica la experta, "los países en desarrollo van a perder el avance realizado en materia de renta per cápita de los últimos diez años".

Las familias más vulnerables son las más afectadas, ya que a su bajo nivel adquisitivo se añaden las mayores posibilidades de enfermar y de fallecer. Además, son quienes tienen trabajos imposibles realizar a distancia, así que han tenido que interrumpir su confinamiento.

Residen habitualmente en zonas altamente pobladas, donde la probabilidad de contagio aumenta. Y por último, no tienen los ahorros suficientes para poder reducir sus jornadas laborales.

Los datos son abrumadores. Se estima, asegura Goded que la pandemia está incrementando el hambre crónica en 130 millones de personas más. Por eso es fundamental la implicación de los países más desarrollados: "La cooperación es una inversión en crecimiento, y el crecimiento nos beneficia a todos".

Sin embargo, el golpe de la pobreza también ha llegado a nuestro país durante la pandemia. Cruz Roja, por ejemplo, tenía previsto que necesitaría atender a un millón y medio de personas, pero esa cifra ha superado los tres millones y medio.

Según Olga Díaz, subdirectora del Área de conocimiento de Inclusión Social de Cruz Roja, hay perfiles completamente nuevos. "La media de edad son 44 años y el 63% son mujeres con hijos a cargo".

La situación es critica y no se espera que termine a corto plazo. "Nos quedan años para volver a la normalidad", ha lamentado la experta. Algo que, por desgracia, conlleva directamente el aumento de la desigualdad.