Cerca del 30% de los ingredientes usados para los productos cosméticos proceden de la minería o de la agricultura, en los que trabajan más de 112 millones de niños y niñas.

La mica es uno de los minerales más usados para la fabricación de productos de belleza y está presente en algunas sombras de ojos. La publicidad muestra miradas que adquieren un aspecto más atractivo gracias a estos productos. Pero el problema es la realidad paralela que nuestros ojos no ven: la explotación infantil.

Uno de los países más ricos en mica es India, -que a su vez es uno de los más pobres-, una mezcla perfecta que lleva a familias enteras a trabajar en la extracción de este mineral si no quieren morir de hambre. No importan las horas de trabajo ni hasta dónde tengan que meterse.

Los niños escarban en las minas para obtener el mineral hasta quedar exhaustos. "Con los deditos pequeños que tienen eligen las piedras más pequeñas, las lavan y hacen este tipo de labores", explica Susana Oliver, miembro de la ONG World Vision.

En los campos de vainilla de Uganda tampoco es raro ver a grupos de niños recolectando cobre, aceite de palma o karité durante horas. Son otros de los ingredientes fundamentales de la nueva cosmética, en la que World Vision denuncia la alta explotación infantil. No piden que dejen de usarse, sino un mayor control. Exigen a las empresas que mejoren la trazabilidad y la legislación sobre su cadena de suministro.