Una hora y media después de matar a Samuel Luiz de una brutal paliza, algunos de sus agresores se reunieron en un parque de A Coruña, según revelaba este martes en Al Rojo Vivo el comisario jefe al frente de la investigación, Pedro Agudo.
"Una hora y media después, parte de los agresores se reúnen en un parque público y esa reunión la tenemos acreditada", detallaba el comisario, que precisaba que los agresores "se reúnen un poco porque saben lo que han hecho, pero tampoco es que en la reunión estén arrepentidos".
En declaraciones a laSexta, Agudo ha corroborado que esa reunión existió y que los agresores "tenían algún tipo de contacto para hablar de lo que habían hecho".
Según avanzaba Agudo en ARV -puedes ver su intervención bajo estas líneas-, la Policía se encuentra ahora inmersa en el volcado de los teléfonos móviles de los acusados, donde hay conversaciones "borradas y eliminadas". De acuerdo con el policía, los agresores "han eliminado elementos de los teléfonos, con toda seguridad", pero los investigadores están "recuperando cosas".
Nula colaboración de los detenidos
El comisario, que se ha mostrado convencido de que habrá más detenciones, respondía rotundamente el lunes a preguntas de los periodistas sobre si los agresores borraron conversaciones o manipularon de algún modo las redes sociales: "Absolutamente sí", confirmaba, durante la rueda de prensa tras el levantamiento del secreto de sumario.
Además, en esa comparecencia detalló que "la colaboración de los detenidos ha sido nula salvo del detenido número cuatro, que se presenta a testificar en un primer momento y luego no dice la verdad".
Por el momento se han producido seis detenciones por el asesinato de Samuel: han sido arrestados dos menores de edad, que se encuentran internados en un centro de menores, y cuatro adultos. De estos, tres se encuentran en prisión y una mujer está en libertad con cargos. Sobre ella, Agudo indicó el lunes que "si hubiera participado en la agresión estaría en prisión", pero señaló que hay indicios sobre su participación como encubridora.
A los detenidos se les imputa un delito consumado contra la vida de Samuel y otro en grado de tentativa contra la de Ibrahima, el joven senegalés que trató de protegerle cubriéndole con su cuerpo y cuya vida también corrió peligro. A uno de los detenidos se le acusa también de un delito de apropiación indebida del móvil de la víctima.