En una torre de control como la de Barajas puede haber hasta diez controladores aéreos trabajando y en otro centro situado en Torrejón, el número de controladores supera los 50. "En cuanto el avión despega y se sale del área de dejurisdicción del aeródromo me lo transfieren", explica Jesús Pedraz, controlador aéreo de aproximación de APROCTA.

En la península hay tres centros de este tipo, concretamente, en Madrid, Barcelona y Sevilla. Cualquier avión que cruce una de esas zonas será supervisado por una pareja de controladores. "Por aquí pasan todos los aviones con origen o destino en toda está zona geográfica pero tmabién los que únicamente la sobrevuelan", detalla Gonzalo Martínez Pato, controlador y vicepresidente de APROCTA.

Mientras que en la torre de Barajas hacen alrededor de 1.000 operaciones diarias, en el centro de Torrejón superan las 2.700. Avisan a los aviones de cambios en la ruta o de la aparición de turbulencias con unas fichas que sirven para anticiparse a los problemas.

"Son fichas con información de cada uno de los aviones que aparecen con una cierta antelación a que los aviones entren en nuestra zona", destaca Jesús Pedraz. Todo termina para los controladores cuando el avión sale de su zona o cuando enfila la pista de aterrizaje. Entonces, la torre del aeropuerto vuelve a entrar en acción.