Las respuestas de Triana están plagadas de contradicciones y lagunas como se ha podido observar durante la segunda sesión del juicio por la muerte de Isabel Carrasco.

En primer lugar, cuándo se encuentra con su madre tras el asesinato. "Dijo que había sido en el pasadizo entonces", le ha recordado el juez, aunque ella le replica asegurando que "fue Lucas de Tuy". Y en ese cambio de versión aparece, de repente, otra de las implicadas, Raquel Gago. "Voy hacia Colón y veo que no están, y en ese momento veo a Raquel", explica Triana.

Tampoco convence la explicación que da sobre este bolso donde encuentran la pistola, asegurando ahora que "fue directamente a por el bolso", algo que al fiscal no le cuadra, porque "anteriormente había dicho que el bolso se lo dio en el pasadizo". Sin embargo, la acusada se defiende afirmando que lo dijo porque le obligaron los policías.

Las contradicciones llegan también a cuenta del móvil prepago que utiliza el día del asesinato, y con el que llama a Raquel Gago durante un total de 17 segundos. Un móvil que según cuenta, compra para hablar con un amigo con el que mantenía una relación, aunque después añade que era para "hablar con todos".

Y un detalle importante, minutos antes del crimen Triana, se llama a sí misma, algo que explica diciendo que "no encontraba el teléfono", aunque el fiscal cuestiona si fue para probar que todo funcionaba.