El abogado de José Bretón, José María Sánchez de Puerta, ha reconocido que su defendido está incurriendo en "pequeñas contradicciones". La lista es larga. Antes había asegurado que llevó a su casa los tranquilizantes que le recetó el psiquiatra y que presuntamente suministró a sus hijos. Ayer cambió de idea.
Contradijo la versión de la abogada de Ruth Ortiz sobre la mesa y la hoguera donde pudo incinerar a sus hijos. Ella dijo que era rectangular. Bretón la recuerda redonda, y sostiene que en ella quemó las bolsas que dejó Ruth y sus apuntes. Pero los peritos afirman que los 1.200 grados que alcanzó el fuego no se consiguen con papeles.
Tampoco fue claro explicando cómo dió uso a los casi 300 litros de gasolina que compró antes de que desaparecieran sus hijos. Demasiados, según la Fiscalía. Sigue insistiendo en que los restos que aparecieron en la hoguera no son humanos.
Y aunque los informes aseguran que Bretón borró las llamadas del día de la desaparición, él lo niega. Para los expertos estas contradicciones restan credibilidad a su relato.