El fuerte oleaje ha obligado a los submarinistas a retirarse. Las condiciones meteorológicas no  ayudan, las olas han superado los ocho metros y las rachas de viento los 100 kilómetros por hora.

Pero no hay descanso, Andrés Izaguirre, jefe de la Policía local de Navia explica que tienen "puntos permanentes de control en los acantilados". Todo ocurrió en una playa, padre, abuelo y niño intentaban cruzar de un lado a otro unas rocas cuando la marea les sorprendió.

De hecho, según la tía abuela del pequeño, el padre intentó hasta en tres ocasiones sacar al niño del mar. El radio de búsqueda se ha ampliado 18 kilómetros. El rastreo también ha persistido por aire, los helicópteros han podido volver a volar por la tarde.