En rueda de prensa, tras una visita de cinco días en España en la que se ha entrevistado con diversas autoridades de Sanidad, Justicia, Educación y de las fuerzas policiales, ha destacado la medida andaluz, que supone un "significativo esfuerzo económico" y de la que ha sido informado esta semana en Sevilla.

Según Muiznieks "creo que la clave es evaluar el impacto de los programas que se están implementando y una vez identificados los mejores, ponerlos en marcha en el resto de autonomías". También ha subrayado que "ha escuchado con preocupación historias de niños que se desmayan en clase porque no han comido, que acuden dos y tres semanas con la misma ropa al colegio o que están en una situación de vulnerabilidad tras un desahucio".

Muiznieks ha afirmado que en ese encuentro, "el representante del ministerio hizo una distinción entre política educativa y social y dijo que quizá los colegios no eran el lugar para implementar las políticas sociales". "Yo creo que es la manera más eficaz de que dispone el Estado para llegar a todos los chavales y asegurarse de que efectivamente, están comiendo", ha afirmado.

El comisario ha señalado que "España es un país sumamente descentralizado en el que el Gobierno central tiene pocas herramientas, a parte de la coordinación de las comunidades autónomas", y ha destacado que estas tienen la asistencia a los colectivos vulnerables muy "externalizada" a ONG, asociaciones y fundaciones, lo que significa que hay "un gobierno que simplemente está dando dinero a otros para que hagan su trabajo".

El lado positivo, según ha dicho, es que en España no ha "oído nada sobre trabajo infantil" que sí ha comenzado a darse en "otros países" ni tampoco sobre un "incremento de la violencia contra la infancia", también vista en el resto de sus viajes. En España los problemas de la infancia son de nutrición, de acceso a la salud y a la vivienda, por los desahucios.