El estudio de diseño 'We Crave' ha ideado una propuesta gastronómica que "busca reconectar con la naturaleza". Se trata de llevar el huerto a la mesa, y para ello lo primero que hay que hacer es la cosecha, después lavarla y luego incorporarla al plato.

Hundir los dedos en tierra y comer con las manos es obligatorio. "Cuando han traído el huerto a la mesa al principio no sabía qué hacer, pero luego ya nos hemos puesto manos a la obra y con las manos a comer directamente", explica uno de los comensales.

Porque además de utilizar las manos, también se juega con el misterio como cuenta Vanesa Redondo, fundadora de 'We Crave': "Existe un cierto enigma porque nunca le contamos al público qué platos hay".

La reacción es inesperada, ya que puedes encontrarte cualquier cosa. "No somos un restaurante, lo que hacemos son experiencias gastronómicas y eso quiere decir que podemos encontrar rastrillos, podadoras, martillos o en otras oportunidades quizá un plato comestible", cuenta Vanesa Redondo.

Una manera de conectar con la naturaleza y con el instinto básico del ser humano.