Sólo el año pasado murieron casi 400 peatones fallecidos por atropello, y el exceso de velocidad suele estar detrás de estas muertes, que se producen sobre todo en vías urbanas. "El total de accidentes de tráfico en ciudad han aumentado un 18%", explica Shara Martín Palma, directora general de 'PONS Seguridad Vial'.
Tras un atropello, la probabilidad de morir varía según la velocidad. A 20 km/h solo un 5% de los peatones fallece, mientras que a 50 km/h cuatro de cada 10 mueren y a más de 80, la probabilidad de sobrevivir es mínima.
Por eso muchas ciudades limitan la velocidad a 30 kilómetros por hora, devuelven el centro a los peatones y reducen la siniestralidad. "Se ha reducido en un 80% los heridos graves al haber disminuido la velocidad a 30 km/h", añade Martín Palma.
Aún así, hay entre los conductores hay opiniones de todo tipo. Torrelodones, en Madrid, no es una ciudad 30 pero se esfuerza en hacer políticas urbanísticas que miren por los viandantes. Una muestra de ello es una calle en la que conviven institutos y colegios. "Los alumnos salían a la calle entre vehículos en su hora de patio. ¿Qué hemos hecho? Peatonalizarla completamente y ganarle el espacio a estos jóvenes", indica Elena Biurrun, alcaldesa de Torrelodones.
El casco antiguo de Sevilla es otro ejemplo de 'Ciudades que Caminan'. "Concienciando a los ciudadanos de que hay que proteger al peatón igual que a la bicicleta", señala Juan Carlos Cabrera, de la Delegación de Seguridad y Movilidad de Sevilla. Según opinan, es la única manera de reducir las muertes en carretera y hacer las ciudades un poco más sostenibles.