"Es difícil mantenerse en pie" con olas de tres metros y el viento de 35 nudos, relata uno de los cooperantes del barco Aquarius de las ONG SOS Méditerranée y Médicos sin Fronteras, que se dirige a la ciudad española de Valencia, junto con una nave de la Marina y otra de la Guardia Costera italiana, en los que viajan 630 inmigrantes.

"Nos encontramos llegando a la Cerdeña oriental y como habíamos previsto las condiciones meteorológicas son muy malas. Es difícil mantenerse en pie", explica el cooperante de SOS Méditerranée Alessandro Porro que se encuentra a bordo del Aquarius.

Porro cuenta que han pasado la noche dentro del barco y suministrando medicinas para aliviar los síntomas de los mareos a los 106 inmigrantes que quedaron tras el traslado del resto a las naves italianas. Subraya que estas personas llevan ya cinco días metidas en un barco y quedan aún, al menos, otros dos para llegar a Valencia y en estas condiciones. "Lo que parecía un simple rescate se ha convertido en un verdadero viaje de la esperanza", constata el cooperante italiano.

El Aquarius inició su viaje hacia el puerto de Valencia el martes a las 21.00 horas y navega con una velocidad de unos 8 nudos y se acerca hacia Cerdeña, buscando algo de protección respecto a alta mar. Porro explica que quienes tienen menos problemas son los niños, "que cuentan con toda una nave para jugar, con todos los cooperantes y tripulación que se vuelcan con ellos".

Mientras, los adultos pasan las horas "charlando entre ellos, durmiendo, pero sobre todo sentados y descansando, que es la mejor manera para evitar marearse". El cooperante añade que muchos de ellos también pasan el tiempo dibujado algunos mapas para describir el largo viaje que han afrontado desde sus países de origen hasta Libia.

El Aquarius lleva ahora a 51 mujeres, 45 hombres y 10 niños, mientras que el resto de inmigrantes viajan repartidos en la buque Orione de la Marina italiana y en la patrullera Dattilo de los Guardia Costera. Todos ellos fueron rescatados el pasado sábado y llegarán, según las previsiones, el próximo sábado al puerto de Valencia, después de la negativa de Malta e Italia a dejarles desembarcar en sus puertos.