Polémica en Estados Unidos después de que un médico describiera dos de las instalaciones de Aduanas y Protección Fronteriza para menores como "centros de tortura". Allí, según ha afirmado la médico Dolly Lucio Sevier, que visitó junto a un grupo de abogados las sedes de McAllen y Clint, en Texas, por un brote de gripe.

"Las condiciones en las que están recluidas esas personas podrían compararse con las de una instalación de tortura", afirmó la doctora en declaraciones a la cadena ABC. Esto es, temperaturas extremas, luces encendidas las 24 horas, escasos suministros de higiene básica, alimentos o agua o insuficiente atención médica.

En palabras de Lucio Sevier, "un lugar sin control ni ley" donde las condiciones que sufren los menores eran "propicias para propagar una enfermedad de manera intencional". Al respecto, la doctora ha añadido durante la entrevista: "No puedo imaginar que mi hijo esté allí y no esté destrozado".

Según Lucio Sevir, después de evaluar a 39 niños menores de 18 años (el más pequeño tiene poco más de dos meses) descubrió que todos ellos mostraban evidencia de "trauma". "Es peor que una cárcel", ha denunciado, dando detalles sobre las condiciones que sufrían los más pequeños.

En concreto, muchas madres adolescentes bajo custodia aseguraron a la doctora no tener ni siquiera la posibilidad de lavar el biberón de sus hijos. Además, los bebés con más de seis meses no reciben comidas apropiadas para su edad, como los purés necesarios para su desarrollo. "Negar a los padres la capacidad de lavar los biberones de sus bebés es inconcebible y podría considerarse abuso mental y emocional", escribió.

Los abogados que representan a los niños amenazaron con demandar al gobierno si negaba la visita de un médico. Las condiciones documentadas en las instalaciones van en la línea de un informe general del inspector de Seguridad Nacional, que observó en estas instalaciones una situación de "hacinamiento peligroso" y condiciones insalubres.