Tyler, un bebé de nueve semanas, fue hallado en su apartamento con varias costillas rotas y una marca de mordisco. Los sanitarios que atendieron al pequeño con una parada cardiorespiratoria no pudieron hacer nada por su vida, y acabaron certificando su muerte.

Los padres, Luke Morgan, de 26 años, y a Emma Cole, de 22, han sido condenados a ocho y cinco años de prisión, ya que la autopsia determinó que hubo un gran espacio de tiempo desde que el pequeño dejó de respirar hasta que los padres alertaron a los equipos sanitarios.

Según los vecinos, la pareja comenzó a tener una fuerte discusión y el pequeño Tyler no paraba de llorar. Una de las testigos del desencuentro aseguró en el juicio que el padre del bebé estaba enfadado con Emma porque quería mantener relaciones sexuales con ella y los llantos del pequeño se lo estaban impidiendo. Aparentemente, ambos estaban en estado de embriaguez.

Posteriormente, los vecinos aseguran que escucharon a la madre del pequeño llorar, según recoge el diario británico 'Daily Mail'. Cuando los equipos de emergencia llegaron a la vivienda, encontraron a la madre practicando maniobras de reanimación a su bebé, tendido en el suelo. Según su testimonio, el pequeño había tenido una "muerte súbita" y no había podido reanimarlo.

La autopsia finalmente determinó que alguien presionó el pecho del pequeño después de golpearle, causándole la muerte en un momento en el que el bebé se encontraba únicamente en la compañía de sus padres.