Según se declara probado en la sentencia, en octubre de 2013, una mujer encontró a un animal, de raza grifón de gascuña, de unos dos o tres años, tirado en un carril de una zona rural de la localidad malagueña de Arenas.

El perro presentaba "desnutrición severa y patente falta de atención veterinaria", por lo que la mujer lo trasladó a una clínica veterinaria, donde recibió, además, tratamiento para el fallo renal agudo que tenía, dice la resolución. Presentaba también ceguera bilateral, infección gastrointestinal y parásitos internos.

El acusado, condenado a 10 meses de prisión, señala la sentencia, "con conocimiento pleno de los cuidados que son requeridos por tal especie animal", lo "desatendió sin causa justificada y no lo vacunó oportunamente ni desparasitó internamente", lo que le causó, además, la insuficiencia renal,  anemia, así como otras enfermedades.

Los cuidados veterinarios ascendieron a 254 euros y fueron abonados por la representante de la protectora de animales Anubis-El Refugio, que ha renunciado a ser indemnizada y que declaró en el juicio que pudo comprobar cuando la mujer le llevó el perro que éste se encontraba "prácticamente moribundo".

El juzgador considera que el acusado, que se encargaba del animal, "ha sometido al mismo voluntaria e innecesariamente a una falta de alimentación, higiene y cuidados que, aparte de provocarle un sufrimiento gratuito y prolongado en el tiempo, comprometiendo gravemente su salud, le ha ocasionado lesiones incurables".

Así, el magistrado hace referencia al informe de la veterinaria que lo atendió y a un atestado policial emitido tras inspeccionarse la finca del acusado, "donde se deja constancia de que los habitáculos de los que disponía para acomodar a los perros eran pequeños compartimentos, sucios y llenos de excrementos".

Además, rechaza las declaraciones del acusado, que dijo que tenía otros 10 o 12 perros en su finca, que utilizaba con fines cinegéticos, y que negó que abandonase al animal o no le diera los alimentos necesarios, sino que supo que alguien podría habérselo sustraído, asegurando que el can estaba en perfecto estado de salud días antes de ser encontrado.

Se apunta que el procesado omitió los cuidados debidos "que no olvidemos, él asumió voluntariamente, como de hecho lo hace cualquier persona cuando decide ser dueño de una mascota". Además de la pena de prisión que pidió la Fiscalía, se le impone la inhabilitación durante dos años y medio para ejercer cualquier profesión relacionada con los animales.