Los dos acusados, para quienes la Fiscalía pedía dos años y medio de cárcel, han sido condenados por dos delitos contra la integridad moral y los derechos fundamentales y otro leve de lesiones en el juicio que el pasado 1 de noviembre se celebró contra ellos en el juzgado de lo penal número 23 de Barcelona.
Los procesados han acordado una rebaja de pena a cambio de asumir los hechos de los que se les acusaba e indemnizar con 6.500 euros a las víctimas.
La condena que los acusados han aceptado incluye el pago de 630 euros de multa, así como su inhabilitación para poder ejercer cualquier oficio educativo relacionado con el ámbito docente, deportivo o de tiempo libre durante cinco años.
El juez ha aceptado suspender la entrada en prisión de los procesados a condición de que no vuelvan a delinquir en tres años y de que sigan un curso de derechos humanos que incluya el respeto a la diversidad de las personas, "con especial atención a la islamofobia", así como un programa de prevención y tratamiento de comportamientos violentos.
"Putos musulmanes, qué estáis haciendo aquí, iros al desierto" o "moros de mierda" son algunas de las expresiones que dirigieron los procesados la pareja, mientras que a la mujer, embarazada de 40 semanas y que vestía un nicab, le increparon con la frase "llevas una bolsa de basura".
Ante esa situación, el padre de la familia musulmana, Jouad, pidió explicaciones a los dos detenidos por sus "ofensas", a lo que Juan Carlos reaccionó propinándole un empujón, lo que motivó que la mujer interviniera para evitar que agredieran a su esposo.
En ese momento, el otro procesado, Oscar, "conociendo su perceptible embarazo, propinó una patada" a la mujer en la zona abdominal, lo que le causó un fuerte dolor que la obligó a sentarse en el suelo, según sostiene la sentencia. Seguidamente, el mismo acusado dio un puñetazo en la nariz a Jouad, mientras el otro procesado le sujetaba por la espalda, "tapándole la boca".
"Le habían lavado el cerebro"
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El contexto Adriana di Gerónimo se enteró de que su hermana estaba recluida en una congregación católica que había recibido denuncias por abusos sexuales. Al recibir la noticia, no dudó en dirigirse a Manresa para ayudarla.