La Justicia estadounidense ha condenado a diez meses de cárcel y a pagar una multa de unos 9.000 euros a Gregory Stanton. El hombre orinó en las instalaciones de la empresa Kellogg's Memphis en 2014 y dos años después subió la grabación a las redes sociales.

En ese momento, se desconocía la identidad del hombre y el lugar en el que habían ocurrido los hechos, por eso comenzó una investigación para esclarecer lo que había ocurrido.

Finalmente, se descubrió quién estaba detrás de aquello y emprendió un proceso judicial contra Gregory Stanton.

A través de su cuenta de Twitter, el fiscal estadounidense Michael Dunavant se ha pronunciado. "Los ciudadanos y consumidores estadounidenses confían en los fabricantes de alimentos para que les proporcionen productos seguros y consistentes. Este acusado traicionó esa confianza manipulando y contaminando los productos alimenticios, y ha sido responsabilizado por su conducta criminal perturbadora".

En un comunicado, el departamento de Justicia de Estados Unidos justifica la decisión y defiende que "los estadounidenses esperan y merecen los más altos estándares de seguridad y salubridad y la integridad del suministro de alimentos".