La Fiscalía ha llegado a un acuerdo con la defensa de los acusados tras la declaración de éstos, en la que aceptaban los delitos de los que se les acusaba. En un principio se les quería condenar a dos años y un día de cárcel, lo que ha sido sustituido por una multa de 13.000 euros y una indemnización de 6.000 euros a la víctima.

Además, el Ministerio Fiscal ha pedido que estos permanezcan tres años en libertad vigilada y asistan a programas de educación sexual. La víctima de los abusos comenzó a trabajar para la familia en febrero de 2015 como interna para atender a la madre de los acusados, que padece una discapacidad cuya tutela detenta el Principado de Asturias.

El primero de los hermanos, que visitaba a su madre continuamente, se aprovechó de ella entre julio y diciembre de 2015, acosándola a pesar de sus negativas y realizando tocamiento. El segundo hermano realizó un comportamiento similar un año más tarde, entre diciembre de 2016 y abril de 2017. Realizaba tocamientos y provocaba encuentros casuales cuando la víctima se encontraba sola en casa.

El 31 de marzo de 2017, la cuidadora denunció los hechos ante la fundación gestora de las tutelas del Principado. Tras ser analizado, la Fiscalía consideró que los hechos suponían un delito de agresión sexual.