17 años y siete meses de prisión es la condena que la Audiencia Provincial de Badajoz ha puesto al expárroco de Mengabril, un pueblo de apenas 500 habitantes. El juez le considera culpable de dos delitos de abusos sexuales a menores, durante los años 2013 y 2014.

Fueron los servicios sociales del Ayuntamiento los que denunciaron los hechos. El alcalde de Mengabril, Lorenzo Garrido, relata que "saltaron todas las alarmas cuando llegaron declaraciones de niños que contaron a testigos del pueblo".

Una de las víctimas es el hijo de 13 años de una pareja a la que el párroco acogió en una casa contigua a la parroquia. El escándalo se hizo público en 2015, entonces el matrimonio negaba tener conocimiento de los abusos: "Nosotros no sabemos nada, nada, nada". Hablaban maravillas de él: "Nosotros le consideramos como un padre".

Pero, el juez no piensa lo mismo. Considera que consintieron las prácticas sexuales y condena a los padres a cuatro años de prisión. A través de un comunicado la diocesís de Plasencia ha expresado su dolor por el escándalo, recalcando que "el sacerdote está apartado de toda actividad pastoral desde enero de 2015 cuando fue denunciado y no tiene encomendado ningún oficio eclesiástico". Se le desvinculo desde entonces de cualquier actividad de la Iglesia.