La sentencia establece que entre 2012 y agosto de 2014 el ahora condenado, propietario de un bar en un pueblo del sur de la provincia de León, propuso en varias ocasiones mantener relaciones sexuales a cambio de dinero, a la mujer que tenía contratada como camarera.

Asimismo, según recoge la sentencia, le decía que tenía que ir a trabajar en bikini, hacerse fotos desnuda y colocarlas en la pared, y en una ocasión le levantó el jersey y le dio un masaje en la espalda sin su consentimiento.

También se declara probado que como consecuencia de esta situación, la mujer sufrió un trastorno adaptativo mixto de tipo ansioso depresivo de carácter leve.

Además de la multa, se le prohíbe aproximarse a la mujer a una distancia inferior a 100 metros de su domicilio, lugar de trabajo y cualquiera en que se encuentre, y de comunicarse con ella por cualquier medio o procedimiento, directa o indirectamente, por un plazo de dos años.