La Audiencia Provincial de Burgos ha condenado a un octogenario a dos años y siete meses de prisión por un delito continuado de abusos sexuales, con la agravante de parentesco, cometido a lo largo de cuatro años sobre su nieta, cuando ésta tenía entre nueve y trece años.

Deberá indemnizarla con 6.000 euros y no podrá acercarse a menos de 300 metros de ella durante cuatro años.

La sentencia condena a J.G.M, abuelo paterno de la víctima, por unos hechos que se prolongaron durante cuatro años.

Durante este tiempo, el individuo, que tenía entre 70 y 74 años entonces, practicó tocamientos a la menor y tuvo comportamientos y comentarios "no adecuados" para la edad y el "debido desarrollo personal" de la niña en lo que suponen "actos atentatorios de su libertad e indemnidad sexual" que tuvieron como consecuencia que la víctima tuviera que recibir tratamiento psicológico y que a medio-largo plazo tenga secuelas.

Según se recoge en la sentencia, contra la que cabe recurso ante el Supremo, el acusado llevaba a cabo estos hechos durante el tiempo en el que la menor estaba a cargo de su padre, separado y con un régimen de visitas, que vivía en el mismo domicilio que los abuelos en una localidad de Burgos.

El individuo realizaba tocamientos a la menor, llegó a masturbarse ante ella, lo que la dejó en situación de shock, hacía comentarios de diferente índole sexual e incluso ofreció dinero a su nieta "si se portaba bien", con insinuaciones sexuales.