Los investigadores han encontrado numerosas pruebas para acusar a este británico de 54 años de tres violaciones a dos de sus hijas.

La justicia ha condenado a este hombre a 21 años de cárcel y cinco de libertad condicional por los abusos que realizó sobre las menores con una ira incontrolada.

El tribunal asegura que las violaciones han provocado una "humillación" sobre su hija. La joven sufrió la brutal agresión tras confesarle su homosexualidad.

La investigación ha revelado que el acusado también abusó de su otra hija mayor cuando está todavía vivía en su domicilio. Las jóvenes "han sufrido graves secuelas psicológicas" durante dos décadas, asegura la justicia.

La Sociedad Nacional de Prevención de crueldad infantil ha resaltado la fuerza de las jóvenes para denunciar a su padre. "Es vital que tengan el apoyo que necesitan para continuar con sus vidas", asegura su portavoz.