El youtuber ReSet, que desató la indignación tras humillar a un mendigo dándole galletas rellenas de pasta de dientes, ha sido condenado a no poder usar YouTube en los próximos cinco años y a pagar una multa de 20.000 euros.

El Juzgado de lo Penal número 9 de Barcelona le ha condenado por un delito contra la integridad moral y le obliga a cerrar su canal de Youtube y a no poder crear otros durante los próximos cinco años.

Asimismo, le condena a indemnizar por daños morales con 20.000 euros al sintecho afectado, que ese día se comió las galletas, lo que le causó vómitos, mareos y "emocionalmente se sintió triste, llorando", según recoge la sentencia.

Durante el juicio, en el que el acusado se enfrentaba a una pena de hasta dos años de cárcel y 30.000 euros de multa, ReSet se defendió alegando que dio las galletas al indigente "en plan coña". "Mi intención no era ofender. Ustedes van muy a tope con la ley", declaró.

En noviembre de 2016, el youtuber aceptó el reto unos de sus seguidores, que consistía en ofrecer galletas Oreo rellenas de pasta de dientes, aunque "para captar de forma más efectiva la atención morbosa de sus seguidores" y conseguir más ingresos con su canal, decidió hacérselo a una persona sin hogar, según recoge el fallo.

Según relata la juez, el acusado fue a buscar un mendigo en plena calle en Barcelona, le entregó 20 euros y un paquete de galletas que contenía las de pasta de dientes, que esta persona comió, "con ánimo de ridiculizar y vejar a dicha persona, y en general a todas las personas que se encuentran en situación de extrema pobreza".

Después, colgó el vídeo en su canal de Youtube y dijo en él frases como "esto le ayudará a limpiarse los dientes", lo que generó un gran rechazo entre los usuarios. Tras borrar el vídeo, fue a buscar al mendigo con sacos de dormir y mantas, le ofreció 300 euros para que no le denunciara y le propuso pasar la noche con él para grabar un nuevo vídeo con el que "tratar de congraciarse con la opinión pública", aunque fue interceptado por la Guardia Urbana.

Según la sentencia, en su canal se encontraron otros vídeos en los que vejaba a personas "indefensas y vulnerables", como en los que ofrecía a personas un bocadillo supuestamente relleno de excrementos de su gato, sin conseguir que nadie lo comiera.