La Sagrada Familia ha conseguido el permiso de obra 137 años después de que se comenzase a construir, según ha confirmado Janet Sanz, teniente de alcalde de Urbanismo en funciones.

A partir de ahora el templo deberá pagar "sin ningún tipo de privilegio", un dinero que se entregará como lo determine el Instituto Municipal de Hacienda y que irá al presupuesto general del Ayuntamiento "para poder seguir haciendo cosas".

La licencia es fruto de un acuerdo entre el Ayuntamiento y la junta constructora en octubre de 2018, cuando acordaron que la Sagrada Familia se comprometía a aportar 36 millones de euros en los próximos 10 años para financiar los gastos municipales que generan todas sus actividades.

Con la concesión de esta licencia se prevé que las obras del edificio principal, torres y las dos plantas subterráneas terminen en el año 2026.

En paralelo al permiso, el Ayuntamiento también ha tramitado los permisos de actividad por los usos de la basílica, y mientras que la actividad principal del edificio será la de centro de culto visitable también le atribuye uso cultural por la presencia de un museo.