Las madres no olvidan, pero hablan ya sin rencor. "Que se de cuenta del daño que ha hecho y la cantidad de personas jóvenes de toda una generación que se han quedado por el camino. Si lo hace, tendrá la conciencia bastante revuelta", señala Carmen Avendaño, presidenta de la Fundación Érguete.

En cinco meses, el que fue el mayor narcotraficante de hachís de la Ría de Arousa podría volver a pisar Galicia. "No lo deseamos, el 99% de nosotras, pero tenemos que racionalizar las cosas. Si quiere venir, que venga", precisa Avendaño. Tras años de lucha, se quedan ahora con lo logrado: "Conseguimos algo que es difícil: llegar a la conciencia de los políticos y crear un estado de opinión", resalta la dirigente de la Fundación Érguete.

Ellas, las madres de los jóvenes que en los 80 y 90 se engancharon a las drogas, ayudaron a meter en la cárcel a Laureano Oubiña. De carácter fuerte y arrogante, no dudaba en regalar puros minutos antes de sentarse en el banquillo por la 'Operación Nécora', el primer gran golpe al tráfico de drogas en la Ría de Arousa.

"Él y otros históricos como Sito Miñanco abrieron las puertas del mercado de la droga español a las organizaciones internacionales del tráfico de drogas", explica Fernando Alonso, Presidente de la Fundación Galega contra o Narcotráfico. Oubiña amasó una fortuna millonaria. Con el dinero de la droga, convirtió el Pazo Baión en símbolo del narcotráfico y su impunidad.

Sin embargo, siempre lo negó todo. "No tengo relación ninguna con la droga y usted lo sabe", afirmó en el juicio. Oubiña entró en la cárcel, donde lleva encerrado casi 30 años por varias condenas por tráfico de drogas y blanqueo de capitales. El conocido como el 'Pablo Escobar gallego' queda ahora en libertad condicional.