Abrir una puerta acorazada es una tarea sumamente complicada, si no imposible. En laSexta lo intentamos primero con una radial, después con una palanca y con una broca. Nuestra última opción: romper el cristal blindado y antibalas, de tres centímetros de grosor, que sin embargo se revela inmune frente a los golpes de un martillo.

La puerta blindada, pues, es casi imposible de flanquear, ya que su sistema de cerradura con ganchos la convierte en antibumping y antiganzúa, según explica Iván Crespillo, técnico de seguridad de Fichet. Un sistema que evita muchos robos, puesto que en España el 90% de los asaltos a viviendas se producen por la puerta.

No obstante, la puerta no es el único punto vulnerable de la casa: también lo son las ventanas, a las que se puede incorporar un dispositivo especial. "Si alguien se acerca a la ventana, se dispara una señal de alarma", explica Crespillo.

Algo parecido hace la mirilla electrónica: aunque no estés en casa, si alguien llama al timbre le hace una foto que queda guardada en el dispositivo.

Sin embargo, la mejor forma de evitar robos es no dar datos sobre nuestras vacaciones o "cualquier otro dato que nos compromete en nuestra seguridad, sobre todo en nuestro hogar", según indica Lidia Avivar, inspectora de la Policía Nacional.

Y es que el año pasado se produjeron más de 80.000 robos en viviendas, la mayoría cuando no había nadie en casa.