La fruta, ¿con o sin piel? Las pieles clásicas como la de manzana o pera no tienen mérito. ¿Y si probamos con un plátano macho? Es un clásico de la gastronomía latina, como el puré de caqui, con su piel, o el puré de manzana con chirivías.

"Se come todo", explica una cocinera del restaurante Ameyal, en Valencia. Pero hay otras pieles de frutas que directamente tiramos, y con ellas muchos nutrientes.

"Contienen fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes", Alberto Zamora, nutricionista de 'Global Healthcom'. Eso sí, debemos comerlas siempre lavadas porque "son la parte de la fruta que está en contacto con los herbicidas, pesticidas o ceras", nos ha explicado el nutricionista.

Y sabiendo cómo comerlas. Hacemos una pequeña compra y se la llevamos a un chef experto en cocinar vegetales. ¿Qué podemos hacer con la cáscara de la piña, rica en fibra, zinc y vitaminas?

"Una infusión, echamos la cáscara de la piña con un poquito de albahaca y de jengibre", cuenta Ricardo Álvarez, Chef de 'La Huerta de Carabaña'. Lo mismo con la de la granada, llena de potasio fósforo y calcio. "La granada con menta estaría muy bien, es muy antioxidante", continúa explicando el chef.

Y el truco para que la piel de cítricos como el limón no nos amargue es blanquearla previamente pasándolo de agua puesta a hervir a agua helada varias veces. La del plátano, la freímos y colocamos en un plato de tirabeques, chipirones y salsa, por cierto, espesada con piel de mango. Así parece más sofisticado pero tendrá el mismo potasio, hierro y vitaminas por mordisco.