Esposado, los agentes han trasladado al acusado de asesinar a un joven de 32 años ante el juez. Los hechos ocurrieron en septiembre de 2014. Junto a él, en el banquillo había otros dos hombres detenidos como coautores del crimen. Según la Fiscalía, habían recibido el encargo de acabar con la vida de un alunicero.

Para eso, alquilaron una vivienda de este edificio y la convirtieron en su cuartel general. Durante días siguieron a su objetivo, estudiaron sus rutinas y pensaron que habían planeado el crimen perfecto, pero se equivocaron de persona.

Jaime Sanz de Bremón, abogado de la víctima, lo afirma: "Son sicarios que se equivocaron de persona". Y es que el joven asesinado y el hombre que tenían como objetivo se parecían físicamente, usaban el mismo modelo de coche y los dos estaban en el interior del edificio el día del crimen, lo que se convirtió en las terribles consecuencias que hicieron que los presuntos sicarios se equivocaran de persona.

La víctima recibió hasta ocho disparos cuando iba a coger su coche y los servicios de emergencias no pudieron hacer nada por su vida. Dos años después, la Policía encontró uno de sus teléfonos y dio con ellos.

El sospechoso de ser el autor material fue detenido cuando intentaba pasar de Colombia a Guatemala. En total, la Fiscalía pide para ellos 59 años de prisión.