Virginia sufrió 12 años malos tratos, y fue la última paliza la que le hizo dar el paso. "Me desvió el tabique nasal, tuve la cara durante 15 días morada y temí por mi vida y la de mis hijos", ha declarado.

Virginia cambió de vivienda, de teléfono y las medidas de protección le salvaron la vida. Asegura que tuvo "pulsera, Policía Local, acompañamiento a trabajo, a juicios y seguimiento de menores en los centros educativos".

Precisamente que los menores sean tratados de forma específica es uno de los objetivos del nuevo protocolo. Se recomienda que ellos tengan un sitio seguro dentro de la casa con cerradura y teléfono. Además, se notificará a la autoridad judicial si hay menores en situación de vulnerabilidad.

"Recomendamos que se lleven a cabo valoraciones forenses, además de tomar decisiones que transcienden de la mera protección", ha asegurado Marina Rodríguez, comisaria de Policía Nacional y jefa del área de violencia de género.

Se centrarán en identificar los casos de violencia machista más graves y letales y se notificarán al juez. También se mejorará el plan personalizado de seguridad, con medidas de autoprotección para cada mujer: "Se incluyen medidas relacionadas con redes sociales y aplicaciones de comunicación", ha explicado la comisaria.

Planificar una huida, tener preparada una bolsa de emergencia o formarse en defensa personal son otras de las recomendaciones. "El trabajo psicológico y el trabajo de empoderamiento que hacemos nos hace estar más seguras de nosotras mismas y poder enfrentarnos a ellos cara a cara, sin tenerles miedo", ha afirmado Virginia.

Además, se busca complementar la protección policial y, aseguran, también concienciar a la víctima para que se involucre en su protección.