Familiares de usuarios de una residencia de la Comunidad de Madrid denuncian que están desatendidos. Alegan que sufren falta de higiene, se les raciona la comida y se les abandona en salas. Además, no están separados en función de sus capacidades.

Desde la Comunidad de Madrid solo certifican alguna falta puntual de personal. En las imágenes, vemos a ancianos 'aparcados' en los pasillos durante las horas que pasan entre las comidas. La realidad es que no hay personal suficiente para tenerlos en terapia o vigilados.

Manuela Soarece, auxiliar de enfermería de esta residencia pública, confiesa que han llegado a ser 32 personas para atender a más de 400 residentes, lo que hace que solo les dé tiempo a duchar a los ancianos dos veces a la semana. También se suma que el trabajo de la lavandería se acumula, así que no llega la ropa limpia.

Los empapadores también escasean y la comida es la misma para todos, independientemente de la dieta. Hay poca, de baja calidad y mal cocinada. "Ha habido gente que se ha quedado sin plátano o lo hemos tenido que partir por la mitad", añade Soarece.

La dirección del centro no contesta y remite a la Comunidad de Madrid, donde reconocen que solo han detectado escasez de personal pero en momentos puntuales.