Un frenazo brusco, una reparación por mínima que sea. Es lo que ahora mismo busca la Guardia Civil en el coche de Óscar, el amigo de Esther López, la joven hallada muerta en Traspinedo, en Valladolid, a principios de enero tras días desaparecida. La tecnología actual permite saber si ese coche fue el que atropelló a Esther.

De hecho, los investigadores están dispuestos a desmontar el coche de Óscar si es necesario para buscar cualquier muestra de ADN. El vehículo está siendo inspeccionado centímetro a centímetro. Óscar fue el último amigo que vio a a Esther López con vida. Analizar el exterior del coche es fundamental para tratar de encontrar golpes que sean compatibles con un atropello o cualquier reparación que se haya podido hacer.

No obstante, la clave también está en la centralita; la memoria del vehículo que guarda todos sus movimientos. "Están todos los datos del coche, la temperatura del motor, los accidentes o el uso de airbags se pueden mirar", ha explicado a laSexta Carlos Crespo, responsable de un taller, donde nos explican, sin embargo, que acceder a esta centralita es fácil y la información se puede borrar y dejar el registro vacío de datos.

Es decir, una ausencia de memoria que podría poner en alerta a los investigadores. "Se puede cambiar el dispostivo y borrar la memoria. Se mete la máquina y en cosa de 15 segundos se borraría", ha detallado Crespo. Los investigadores También analizan el navegador para buscar los movimientos de la noche del 12 de enero. Durante la inspección anterior del coche se había encontrado ADN, aunque no sangre, de Esther en el maletero.

Algo que se puede explicar, simplemente, con que haya dejado allí el bolso o prendas de ropa. Óscar y su abogado han vuelto este jueves a la Comandancia de la Guardia Civil de Valladolid, sede en la que lleva ya varias horas. Anteriormente, él contó a los agentes que dejó a Esther López en un punto de las afueras del pueblo, situado a cuatro kilómetros del lugar en el que apareció su cuerpo.