Partimos de una máxima: cada tortilla es distinta. Y todos, aunque no sepamos, podemos hacer una. Aquí os enseñamos una receta de tortilla para inexpertos.

¿Quieres saber más? Son 2 min.

Ingredientes básicos

  • 6 Huevos
  • 4 Patatas grandes
  • 1 Cebolla (sí, la tortilla que os enseñamos a preparar lleva cebolla).
  • Pizca de sal

Empezamos nuestra receta. Vamos a empezar pelando nuestras cuatro patatas. Después las vamos a cortar en trozos pequeños.

Cómo cortar la patata. Se puede hacer de muchas maneras: a dados, en láminas... pero lo importante es hacer todos los trozos más o menos del mismo tamaño, para que a la hora de freír lo hagan de forma homogénea.

Pelar y cortar la cebolla. Quitamos 'los culos' de la cebolla. La pelamos y la cortamos en trozos muy pequeños. Una vez tenemos las patatas cortadas y la cebolla, reservamos.

Preparamos una sartén con aceite.

  • Vamos a utilizar unos 50 cl de aceite de oliva virgen para freír las patatas y la cebolla. No es necesario que el aceite cubra los ingredientes en esta receta. Iremos removiendo.
  • Antes de que el aceite coja temperatura, añadimos las patatas y la cebolla que hemos cortado previamente. Justo después subimos a máxima potencia. Después iremos regulando la temperatura para que no se nos queme.
  • ¿Por qué aceite frío? "Porque así la patata va perdiendo humedad, se va cocinando, se va rompiendo y el agua se va evaporando", según nos cuenta Ricardo Romero, propietario del Restaurante Colósimo.

Será muy importante no quitar el ojo de la sartén. Bajaremos un poco la temperatura y estaremos pendientes siempre del fuego. Unos 15 o 20 minutos para que se vaya haciendo poco a poco.

¿Cuándo sabremos el momento para sacar la patata y la cebolla? Nos fijaremos en la patata, tiene que cambiar de color, adquiriendo una textura casi transparente y que permita romperla con una paleta o un tenedor. Ése será el momento justo para sacarla.

  • Truco: si nuestro aceite tiene mucha espuma, colaremos ese aceite con ayuda de un colador.

Mientras... Rompemos lo huevos.

  • Vamos a preparar dos cuencos, uno grande donde pondremos y batiremos todos los huevos, y uno pequeño donde iremos cascando uno a uno los huevos, antes de echarlos al bol grande. Para no estropear el bol principal, si cae alguna cáscara de huevo.
  • Cascamos los huevos siempre fuera del recipiente (sobre la encimera donde estemos trabajando, por ejemplo), para evitar contaminación cruzada y también que caiga alguna cáscara de huevo dentro del recipiente.

Batimos los huevos. Es preferible hacerlo con un batidor de varillas, pero también se puede hacer con cualquier tenedor. Utilizamos solo una mano para batir, con la muñeca y no usando el brazo, haciendo pequeños círculos. Así batimos y a la vez metemos un poco de aire.

Mezclamos todo... Añadimos la patata y la cebolla, ya cocinada, al huevo batido. Y mezclamos todos los ingredientes. Unos segundos bastará.

Y de nuevo al fuego. Añadimos a la sartén un chorrito de aceite y lo calentamos. Importante que esté bien caliente, pero cuidado con quemar el aceite.

  • Echamos el preparado en la sartén, creamos la primera capita de huevo y movemos un poquito la tortilla en la sartén.

Y ahora hay que darle la vuelta. Llega el momento crítico. Ponemos el plato apretamos bien la sartén y le damos la primera vuelta. Para que la tortilla deslice bien en el plato nuestro cocinero nos da un truco: añadir un poquito de aceite o de agua sobre el plato.

Ahora cogemos el plato, lo colocamos cerca de la sartén y dejamos que deslice la tortilla. La dejamos al fuego apenas unos 15-20 segundos, ponemos de nuevo un plato y...

¡Tortilla lista!

Jugosa, pero no cruda.

Ahora sólo falta un poquito de pan, y ¡lista para comer!

Ha salido una tortilla más o menos decente y a nuestros dos cocineros en prácticas les dan el visto bueno.