Las mascarillas de tela están en el foco de la polémica. Algunas comunidades ya han empezado a prohibirlas en los hospitales y ahora el Gobierno quiere reforzar los criterios para regular los diversos tipos que existen.

Y es que, aunque son muy habituales de ver y se venden en prácticamente todos los sitios, no todas son seguras. Por eso, es necesario encontrar una etiqueta muy concreta para saber si sirven contra el COVID-19.

En la etiqueta debe aparecer la norma 'UNE 0065' para las lavables. Esa etiqueta garantiza una eficacia de filtrado igual o superior al 90%. Y por supuesto, hay que respetar las indicaciones de lavado. Todos los días y a 60º mínimo.

La mayoría de las que se venden cumplen la normativa, según el Ministerio, aunque ahora que se ha intensificado la venta se busca reforzar la protección del consumidor.

Entre sus ventajas está que son reutilizables, por lo que generan menos desechos. Además, al poderlas lavar, las familias ahorran un gasto considerable durante la pandemia. Eso sí, hay que tener diversos factores en cuenta para que sean efectivas.

Lo primero es que están indicadas para personas sanas, y lo segundo es que hay que medir dónde pueden portarse. De hecho, varias comunidades, como Valencia, Asturias o País Vasco, ya han prohibido su uso en centros sanitarios y hospitales ante la dificultad de verificar cuáles están homologadas

El ministerio de Consumo también se ha propuesto regular los filtros, hasta ahora carentes de regulación, para establecer como infracción incumplir las normas de etiquetado. Serán las comunidades autónomas las encargadas de sancionar y de retirar del mercados las mascarillas que incumplan la normativa.