Si a un fin de semana de agosto le sumamos que es puente, el resultado son ciudades desiertas y calles completamente vacías. Porque todo el mundo está en la playa. Sea cual sea, es el destino estrella. Tomar el sol, no sin antes protegernos, un poco de deporte y que no falte un aperitivo después, hasta el martes será la rutina de millones de españoles.
Playas en las que no cabe un alfiler, una imagen que se repetirá durante todo el puente porque se espera que la ocupación en las zonas de costa supere el 90%. "El fin de semana, por suerte, hasta el martes tenemos gran afluencia de gente. Las reservas las tenemos todas completas", comenta una mujer que trabaja en la zona costera.
Pero antes de arrastrar las hamacas, tocaba empujar maletas en estaciones y aeropuertos y armarse de paciencia en los atascos que se han formado en las salidas de las principales capitales españolas. Ganas y buen tiempo, porque las temperaturas para estos cuatro días de puente no bajarán de los 28 grados en toda la costa.