Ali Zabet, el dueño y director del zoo de El Cairo, Egipto, ha afirmado que la finalidad de 'disfrazar' al burro cuya imagen se viralizó, y a otro más que se encontraba en las instalaciones, de cebra era lucrativa para los niños y que las pintaron para que supieran como eran las cebras reales.

El suceso, defiende, ocurrió durante unas jornadas de fiesta en la que se trata de atraer a más visitantes y sobre todo a niños. Al haber pocos animales en el recinto, pintaron a los burros con la finalidad de llamar la atención y divertir a los menores para que se hicieran fotos con ellos. "En ningún momento dijimos que eran cebras", asegura Zabet.

Un joven de 18 años fotografió a uno de los animales evidenciando que realmente era un burro propició una investigación de la Fiscalía que ha concluido con la clausura del zoológico.